Esta pequeña superficie es un triunfo formidable ya que permite aportar los cuidados más atentos, siempre de modo razonado, en una preocupación de calidad, de limitación del rendimiento y del respeto al medio ambiente. Las costumbres culturales tradicionales son rigurosamente seguidas.
Los suelos son trabajados y los tratamientos son muy limitados. La vid, cortada con talla “a cot”, sigue las operaciones en verde : poda, vendimias verdes, deshojadura precoz. Este cultivo, muy exigente, limita los rendimientos, único medio para obtener un vino de alta calidad.
De esta forma la producción es muy escasa y no sobrepasa apenas el tercio del rendimiento autorizado por la denominación, que es de 25 hectolitros a la hectárea.